
Puerto Príncipe– La Conferencia Episcopal de Haití (CEH) emitió un mensaje ante la escalada de violencia en el país. Los obispos denuncian un “Estado en ruinas”, en el que el gobierno es incapaz de garantizar seguridad, justicia o servicios mínimos, mientras las pandillas armadas controlan gran parte del territorio.
En su mensaje del cual se hizo eco el medio oficial de la Santa, Sede Vatican News, los obispos señalaron que el país vive un grave deterioro moral, institucional y social. “Estamos presenciando el declive de la sociedad y el deterioro de las instituciones que son sus pilares. Un territorio fragmentado, abandonado al dominio de las armas y al terror de las bandas”, expresó la CEH, al tiempo que condenó la inacción estatal y pidió con urgencia diálogo, armonía y unidad.
Una sociedad herida en cuerpo y alma
La CEH alertó que el caos afecta a todos los sectores del país: lugares de culto han sido profanados, templos destruidos, y el patrimonio cultural e histórico saqueado sin piedad. “Estos ataques no solo destruyen objetos, afectan el corazón vivo de nuestro pueblo, su conciencia moral, su capacidad de esperanza”, advierten.
Los obispos también condenaron el proceso de deshumanización que sufre el pueblo haitiano:
“Es señal de un pueblo que está perdiendo el sentido de Dios y, con ello, el sentido de humanidad”.
Llamado a la comunidad internacional y advertencia sobre la nueva Constitución
La Iglesia hizo un llamado a la comunidad internacional y a las instituciones locales para que intervengan y frenen el clima de violencia. Asimismo, cuestionaron el proyecto de nueva Constitución, advirtiendo que carece de inclusión, refuerza el poder presidencial y puede fragmentar la unidad nacional por su modelo territorial ambiguo.
“La Constitución no es solo un texto legal, es un pacto social. La renovación de la nación no vendrá de un documento, por bien redactado que esté, si no está guiado por una conciencia cívica colectiva”.
Haití al borde del colapso total
La violencia de las bandas armadas ha dejado un rastro de terror en el país. Dominan gran parte del área metropolitana de Puerto Príncipe y zonas aledañas, cometiendo violaciones, asesinatos, secuestros y saqueos. En diciembre de 2024, una masacre en Cité Soleil dejó al menos 180 muertos. Otra matanza en octubre, en Pont-Sondé, cobró unas 115 vidas.
Más recientemente, el 5 de julio, el histórico Hotel Oloffson fue incendiado por pandillas, un golpe al símbolo cultural de la nación.
Según datos de la ONU, en los últimos nueve meses se han registrado cerca de 5,000 homicidios relacionados con pandillas, y más de 1.3 millones de personas han sido desplazadas. La crisis humanitaria también incluye hambruna, colapso del sistema sanitario y grupos de autodefensa, algunos con apoyo de autoridades locales, que replican los abusos de las pandillas.
La ONU ha advertido que Haití está al borde del “punto de no retorno”, en un escenario donde el Estado ha perdido el control de su territorio y su capacidad de gobernar.
Un llamado final: verdad, justicia y paz
La CEH concluyó su mensaje con una exhortación a levantar la voz por la verdad, la justicia y la paz, instando a los haitianos y a la comunidad internacional a comprometerse con un futuro común, guiado por la fe, el civismo y la solidaridad